¿qué hay en esas cintas?

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El martes pasado el Museo del Cine presentó las cintas A78TV con imágenes inéditas de 1978. Sesiones de playback de Serú Girán, Nito Mestre y los desconocidos de siempre junto a María Rosa Yorio, el grupo Horizonte y Raúl Porchetto. Realizadas por Daniel G. Tomas en los estudios de A78TV y producidas por CILA para el programa de Canal 11 de Pipo Mancera. Si se emitieron, solo fue parte de este material y en la televisión blanco y negro de aquella época.

Queríamos aquí dejar un primer intento de visión sobre el material presentado.
¿Qué es lo que se ve en esas cintas que es tan raro?

En principio son el primer registro de experiencias audiovisuales promocionales de música pop argentina, hecha en la argentina. Existe una búsqueda de plasmar visualmente a la banda y la canción mediante la técnica del chroma, la iluminación y la puesta de cámara. Nunca antes se había hecho algo así desde el medio televisivo, utilizando toda la parafernalia disponible.

El sonido estaba pre-grabado cosa que aseguraba que suene como el registro a la venta, un indicio de lo que actualmente son los videoclips. Pero el rock argentino aún no tenía una puesta en plano. Los equipos de los músicos están rayados, les faltan partes, pintarrajeados o como en el caso de Raúl Porchetto con una bolsa amarilla olvidada. Nadie les paso un trapo, los preparó. Los músicos están vestidos con la única consigna de no usar el color azul del fondo. En algunos temas se los notan cansados de la repetición. Los instrumentos están conectados obviamente pero simulan estarlo. Hay una primer tensión entre simular tocar y evidenciar el truco, puesta de manifiesto en mayor o menor medida por los grupos.

Para Nito Mestre o el grupo Horizonte, parece ser un problema el momento preciso en el que dejar la flauta traversa o la quena en relación de la imagen con lo que se escucha. Sin embargo, para Serú Girán la actitud es evidenciar el desfase entre sonidos e imagen. Pedro Aznar repite perfectamente sus solos, mientras que sus compañeros se divierten encontrando sonidos fuera de campo.

Nunca antes habían tenido la experiencia que introdujo la tecnología del video del circuito cerrado. Verse mientras tocan es inevitable. Los músicos de rock no iban a la televisión. No había cámaras de video en las casas. La inmediatez de la imagen espejo del video no era una experiencia cotidiana en 1978. La mirada invocante de la televisión que los pretendía obligar a mirar fijamente al lente inmenso y oscuro de las flamantes cámaras BOSCH se hace difícil ante el influjo de verse a uno mismo con otro fondo en un monitor de piso.

Si prestan atención durante la cintas se percibe claramente las indicaciones del jefe de piso o asistente de dirección pidiendo que se den vuelta o miren a cámara. Tecladistas que terminan enroscados de espaldas y planos imposibles de resolver que con el avance de las sesiones van mejorando, mutuamente.

La elección de los fondos no siempre es una muestra acabada de una búsqueda entre los músicos y los técnicos de la televisión. Aunque lo que se entiende es un juego mutuo. Los técnicos recién estrenando el color necesitaban hacer algo para probar los equipos: movimientos de cámaras, ajustes de luz, creación de climas, profundidad de los chromas, efectos de transición entre una imagen y otra. Los músicos entre cansados y sorprendidos por la novedad del experimento. Pero a lo largo de los 106 minutos que dura el material, clip a clip se va creando un aprendizaje mutuo y unas ganas de construir una imagen audiovisual de sus canciones.

Siempre trabajar para la industria televisiva es un constante diálogo entre lo posible y las ganas que tengan las decenas de personas intervinientes en llevar adelante un proyecto. Involucrar a todos en la generación de una imagen es un trabajo arduo y por eso son tan celebrados los hallazgos de realizadores, músicos o conductores que logran llevar a cabo hermosas producciones en el medio.

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Este es un caso: dentro de un pequeño estudio convivieron por error. Un error devenido de la novedad de la tecnología, de la impronta que el video tenía en otros países donde se formaron los primeros técnicos argentinos. Un mundo que no tenía relación alguna con el imaginario televisivo argentino de fines de los setenta. Pero que encontró una endija, una fisura donde suceder. Esto fue tanto, que sobrevivió hasta nuestros días. Aquí están las cintas de las primeras experiencias de proto-videoclips argentinas realizadas por músicos y técnicos locales en 1978.

 

+ Imágenes rescatadas de la oscuridad por Ezequiel Boetti para pagina12.com.ar
+ información sobre las cintas A78TV en museodelcineba.org

Tendremos que esperar recién hasta 1983 para que el video-clip exista como tal en «No me dejan salir» (Charly García) realizado por Renata Schussheim. Utilizando rítmica y acabadamente la técnica del chroma key, la iluminación y el montaje de video. Incorporando a Charly a los cuadros, forzando la perspectiva, construyendo nuevas imágenes más allá de la simple experiencia ilustrativa de fondo de los A78TV.

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Primer Videoclip Renata Schussheim (1983)

 

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proto-videoclip en las cintas A78TV

 

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